TRUJILLO,
POR ENCIMA DE TODO
¿Quién puede oponerse
al progreso de una ciudad, más aún si vive en ella? ¿Se puede pensar que
alguien sin razón suficiente pudiera ser capaz de hacerlo? Algo parecido está
sucediendo en esta hermosa ciudad de Trujillo, de la que todos los que llegan a
conocerla se sienten enamorados de ella.
Derechos de los Vecinos
Todo vecino tiene el
deber de opinar sobre los diversos problemas que en ella se suscitan y recurrir
a las autoridades locales, regionales y nacionales, de acuerdo a las
competencias, para que aborde el asunto,
inicie su solución o revise las decisiones que se hubieran tomado al respecto o
las aclare o las explique. A nadie puede condenársele por ello y menos lanzarle
monsergas para bajarle la moral o suscitar
respuestas para entretener a los públicos. Es más, proyectos de
importancia han de ser consultados a la ciudadanía organizada y cualquiera vecino puede alcanzar las
sugerencias y críticas, sustentadas en fundamentos demostrables y no sólo argumentables; todo,
en su oportunidad.
Hay que partir del hecho que en una
ciudad no sólo viven los nacidos en ella o en el país; sino, todo aquél que ha
fijado su residencia allí y vive y trabaja en ella, por ella y desde ella por
la patria.
Las obras públicas
Tratándose del
mejoramiento urbano o de su expansión o introducción de obras nuevas, alguien
tiene que tomar la decisión, hechas las consultas que el tipo de proyecto
exija, en conformidad con el principio de participación ciudadana o del vecino
que consagra la Ley de Procedimiento administrativo general; así como pasada
por la supervisión ex-ante de las autoridades centrales; pues, al fin, será la
autoridad correspondiente la que asuma la responsabilidad. Los cuerpos
colegiados han de adoptar la decisión con la mayoría que la ley exige y hecha
ésta- siempre en cautela del orden público, del medio ambiente- las obras deben
conducirse con la celeridad y las seguridades del caso.
No cabe duda que Trujillo metropolitano está avanzando y
eso merece el apoyo ciudadano, pero siempre de la forma más transparente y
respetuosa a los derechos de los vecinos, como corresponde. Estamos frente a la
posibilidad de una obra urbanística importante, no en momentos electorales, y
deben tomarse todas las precauciones.
Cuestión de prioridades
Nadie puede negar la importancia
del ciudadano, Don Víctor Raúl Haya de la Torre, quien ha trascendido a su
colectividad, cuya organización y desarrollo dirigiera y menos desconocer su
sacrificada contribución al sostenimiento de la democracia. Es una figura
continental y presente en el mundo occidental y así lo ha reconocido el Alcalde
de la Municipalidad provincial de Trujillo. Sin lugar a dudas, desde el más
allá, debe estar muy dolido por el mal uso de su nombre; pues, está por encima
de cualquier monumento y ha de preferir permanecer por siempre en el corazón y
en la mente de sus conciudadanos y de sus partidarios y mejor, en la difusión y
discusión de lo que ha escrito que es abundante. Esto ya es otro tema.
La política no puede
ser un dime y diretes de los dirigentes; no. Debe ser la discusión alturada y
respetuosa, ejemplo para las generaciones siguientes y sobre todo, manteniendo
la cortesía mutua.
Como un vecino más, considero
sugerir que el monumento de Haya de la Torre debiera estar ubicado en el centro
de la ciudad, en la plazuela, cerca de la casa de su nacimiento, ahora museo,
en medio del fragor de la lucha diaria del pueblo.
Guillermo
G. Guerra Cruz
Trujillo-PERÚ
Este artículo se genera en medio de una disputa, de lo que debiera ser un diálogo sobre las posibilidades de llevar adelante el llmado Bypas o paso de nivel que la Municpalidad Provincial de Trujillo ha planificado para que se realiza con cargo a impuestos por la Empresa Cementos Pacasmayo. Esa obra pasaría por encima del monumento al ciudadano Don Víctor Raúl Haya de la Torre, quien fuera Jefe Supremo del partido Aprista Peruano(PAP), el que ha levantado su voz de protesta por esa razón, demandando su permanencia; pero, considero que no sería lo más adecuado, como tampoco se podría sacrificar una obra por el supuesto significado de un monumento. Allí está el asunto.
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