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El presente Blog incluye escritos jurídicos, educacionales y comunicológicos de mi producción intelectual, como tmb escritos de otros autores.






jueves, 23 de mayo de 2013

LA UNIVERSIDAD en tiempos de " El nombre de la rosa"



ESTIMADOS LECTORES:
La universidad es una institución cuya actividad es un distintivo en cada país, siempre de acuerdo a su vocación y a su consideración en la arquitectura constitucional. Generalmente, en el mundo occidental, la universidad fue y creo que lo sigue siendo (con limitaciones) una garantía para el impulso de las libertades. Es cierto, lo que aquí se dice que es una de las más antiguas instituciones y por eso su resistencia al cambio, pero, hemos de referir cambio, sí, pero ¿en que sentido? Hacer de la universidad un centro de negocios convirtiendo el bien educación en un bien de comercio, sujeto a relaciones privadas, como ha sucedido en el Perú, eso no es admisible. Claro que las inversiones en educación son bienvenidas, pero INVERSIONES,   nunca la apropiación, por y para unos cuantos, del patrimonio institucional por un simple procedimiento administrativo como está sucediendo en el Perú. Universidades, cuyo patrimonio corresponde a  la universidad como persona jurídica, cuya personalidad le fue otorgada por ley, se convierta en una asociación de derecho privado, sin que los miembros de la nueva asociación hayan puesto un centavo y todo ese patrimonio acaeció por acción de la comunidad universitaria (Profesores, Estudiantes, graduados, egresados y estamento administrativo). 
Claro, cambio, modernizando los sistemas y logística para el ejercicio de las funciones que el Estado les encomienda. Cambio para introducirla de lleno a contribuir con el desarrollo de la ciencia y del país, con aportes al progreso de la HUmanidad.
Todo esto, respetando la autonomía universitaria, en favor de la Libertad   de enseñanza y científica.
Guillermo G. Guerra C.

TRIBUNA: IMMA TUBELLA
La universidad en tiempos de 'El nombre de la rosa'

IMMA TUBELLA 22/06/2009

La universidad ha perdido el monopolio del conocimiento. Los profesores ya no somos los únicos depositarios del saber. La Red nos ha jugado una mala pasada. Ahora tenemos dos opciones: impregnar de veneno los teclados de nuestros jóvenes con la esperanza de que aún se chupen el dedo o, simplemente, asumir nuestro nuevo e interesante papel de mentores experimentados y acompañantes metodológicos, más preocupados en enseñarles a gestionar y completar el conocimiento disponible y a desarrollar su capacidad crítica que en enseñarles a memorizar unos conocimientos como si fueran una verdad única.
En las universidades norteamericanas ocurren dos fenómenos que preocupan mucho a sus rectores y que no saben cómo afrontar, entre otras cosas porque tampoco se han preocupado por analizar los cambios en las actitudes y valores de los estudiantes del siglo XXI. Muchos profesores de élite, incluidos premios Nobel, tienen tres o cuatro estudiantes en sus clases. ¿Los más interesados en el tema? No. Los representantes de sus compañeros que se organizan para tener unos buenos apuntes y preparar bien los exámenes. Los profesores, digamos normales, ni tan siquiera tienen tres o cuatro. No tienen ninguno. ¿Cómo aprenden y aprueban sus estudiantes? Se reúnen en la Red y optan por obtener sus conocimientos de forma colaborativa, con materiales abiertos, de universidades de prestigio. En Quebec, por ejemplo, hay la Universidad McGill tradicional, y una Universidad McGill que funciona en paralelo gestionada por sus estudiantes, que se organizan según sus necesidades. ¿Este es el modelo que queremos? ¿O más bien queremos un modelo de universidad abierta a la sociedad, motor de la estrategia de modernización del país y de liderazgo en la economía del conocimiento?
En Estados Unidos ya hay cuatro millones de estudiantes en línea. Es verdad que Internet se implantó antes y que los nativos digitales ya han llegado a la educación superior, pero esta tendencia la empiezo a ver en mi universidad, la Oberta de Catalunya (UOC), donde cada vez llegan estudiantes más jóvenes. En ambos casos el motivo es el mismo: las demandas y necesidades de una población estudiantil no tradicional requieren que nuestras universidades reconozcan la enseñanza en línea como una pieza fundamental para el futuro y que este reconocimiento vaya acompañado de una mayor flexibilidad institucional para hacer frente a las nuevas necesidades de los estudiantes. Estoy convencida de que el futuro es híbrido presencial/virtual o, en el caso de los estudiantes a tiempo parcial, totalmente virtual. La enseñanza en línea no tiene nada que ver con colgar materiales en la Red; requiere, como en el caso de la UOC, repensar el modelo de aprendizaje y la misma estructura institucional.
Desafortunadamente, academia y cambio conjugan mal. Ya lo dijo una ex rectora de la Universidad de Oslo: "Si quieres cambiar un cementerio, no puedes esperar gran ayuda de los que están dentro". Quizás hasta ahora no ha sido importante, pero vivimos un momento en el que no podemos perder mucho tiempo. El cambio no es lo que amenaza nuestra supervivencia como instituciones de enseñanza superior; lo que la amenaza es el inmovilismo y la negación de una realidad evidente. Los inmovilistas son los mismos que lanzan adoquines a palabras como eficiencia, flexibilidad, gobernabilidad o incluso emprendeduría asociadas a la universidad.
La universidad desempeña un papel determinante en el desarrollo de la sociedad formando sus futuros líderes y preparándolos para vivir en un entorno en transformación continua. La pregunta clave es: ¿La universidad ha sabido transformarse ella misma? Yo afirmaría, sin miedo a equivocarme mucho, que la universidad es una de las instituciones más antiguas y con mayor capacidad de resistencia al cambio.
Si las universidades no podemos o no sabemos reenfocar nuestra manera de pensar y de actuar y redefinir nuestro papel en la sociedad, habremos fallado. En cambio, si nos atrevemos a trabajar a largo plazo, a fortalecer lo mejor de nuestro pasado y de nuestra tradición pero al mismo tiempo repensar y reforzar nuestras instituciones para el futuro de forma innovadora y colaborativa, daremos señales a la sociedad de que sabemos cómo afrontar nuestros retos, y los suyos.
Imma Tubella es la rectora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
http://www.elpais.com/est.pl?id=20090622elpepiedu_3.Tes&fp=20090622&te=impresion&to=noticia&a=elpepusocedu&k=1383869091.gif
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sábado, 11 de mayo de 2013

MUJER: VALOR Y DESARROLLO


MUJER: VALOR Y DESARROLLO  


Independientemente del bullicio comercial que nos envuelve  a propósito de la celebración del día de la madre que importa, en cierto modo, una convocatoria al reconocimiento de la importancia de la familia, hay que destacar en el fondo o en el fundamento de esta celebración, el valor mujer, por encima de todos los prejuicios o dolorosas decepciones. 

El valor mujer

Tradicionalmente, vencidos por el machismo, hemos considerado a la mujer como un auxiliar del varón, contrastando, la supuesta superioridad física e intelectual masculina con los prejuicios de fragilidad y limitación intelectual femenina. El tiempo se ha encargado de poner las cosas en su sitio; no como fuera lo deseado, pero sí, con un avance significativo en cierta parte del planeta, lamentando aún un atraso condenable en otra parte del mismo.

Por cierto, sin incurrir en un fatalismo, la naturaleza ha señalado misiones naturales en el varón y en la mujer o en el macho y en la hembra, dotándoles de condiciones físicas particulares,  las que en el género humano, deben jugar a favor del equilibrio del hogar, como célula básica en el tejido social y nunca de desigualdad o superioridad del varón. Es ahí, en el hogar, en donde se alza con significativa notoriedad el valor mujer; pues de su sentimiento, inteligencia y sagacidad depende la solidez de este edificio y, no pocas veces, la subsistencia del mismo, en favor de los descendientes, por la desaparición o, peor, por la huida del varón de sus obligaciones y responsabilidades elementales.

Si la mujer defenestrara ese natural valor, es posible el derrumbe catastrófico o el deterioro sustancial de la estructura del edificio; no así del varón, cuya ausencia rasguñará, con heridas infecciosas, a veces, a uno o varios de sus miembros, cuya cura dependerá de ese valor femenino. Cualquiera fuera la circunstancia, la falta de la mujer en el hogar tiene consecuencias más nefastas que las del varón (con honrosas excepciones).

Mujer y desarrollo

Hace muchos años, el profesor Egner, de la Universidad de Göttingen-Alemania,  abordó una interesante investigación sobre la economía del hogar en el Perú y señaló allí, como esta economía es, en principio, el pilar fundamental del crecimiento y del desarrollo del país y resalta la importancia del rol que juega la mujer en la administración del mismo, de modo de hacer posible el necesario ahorro que ha de alimentar la inversión necesaria para ello, como para los fines del fortalecimiento educativo de sus miembros.

Advertía el profesor Egner como el gran obstáculo, en ese entonces, era la ausencia de retos y de una cultura de adecuadas relaciones domésticas para generar esa economía. Por cierto que, una visión elemental de este asunto acusa como el dominio del varón en el manejo de los recursos por él generados entorpece la posibilidad de la generación del necesario ahorro; como también la tendencia al gasto que en cada estamento social se da. Sin embargo es notorio, como la madre, es la más preocupada por la educación de la prole y como vence estas dificultades tratando de garantizarles a los hijos las mejores posibilidades, lejos de lamentos de un feminismo exagerado y sembrando el ejemplo de consecuencia y valor ante las adversidades.

Por otra parte cada vez es mayor la participación de la profesional-madre en tareas de operación y dirección empresarial y administrativa pública  y la presencia de mujeres en las universidades, con rendimientos mayores que las de los varones. Aquí salta a la vista el valor mujer, pues aumentan las dificultades en las relaciones domésticas.

Conclusión

Aunque de modo precipitado, por razones de tiempo y evitar el aburrimiento, hemos de concluir que el desarrollo del país depende de una equilibrada relación en el hogar,  desde los prolegómenos para la constitución y hasta el  final de éste,  en ambos extremos, está jugando un rol preponderante el valor mujer y de la mujer realizada como madre.

Al fin, madre hay una sola. Feliz día a todas las madres del planeta.

12 de mayo de 2013.