MUJER: VALOR Y DESARROLLO
Independientemente
del bullicio comercial que nos envuelve a propósito de la
celebración del día de la madre que importa, en cierto modo, una convocatoria
al reconocimiento de la importancia de la familia, hay que destacar en el fondo
o en el fundamento de esta celebración, el valor mujer, por encima de todos los prejuicios o dolorosas decepciones.
El valor mujer
Tradicionalmente,
vencidos por el machismo, hemos considerado a la mujer como un auxiliar del
varón, contrastando, la supuesta superioridad física e intelectual masculina
con los prejuicios de fragilidad y limitación intelectual femenina. El tiempo
se ha encargado de poner las cosas en su sitio; no como fuera lo deseado, pero
sí, con un avance significativo en cierta parte del planeta, lamentando aún un
atraso condenable en otra parte del mismo.
Por cierto, sin
incurrir en un fatalismo, la naturaleza ha señalado misiones naturales en el
varón y en la mujer o en el macho y en la hembra, dotándoles de condiciones
físicas particulares, las que en el
género humano, deben jugar a favor del equilibrio del hogar, como célula básica
en el tejido social y nunca de desigualdad o superioridad del varón. Es ahí, en
el hogar, en donde se alza con significativa notoriedad el valor mujer; pues de
su sentimiento, inteligencia y sagacidad depende la solidez de este edificio y,
no pocas veces, la subsistencia del mismo, en favor de los descendientes, por
la desaparición o, peor, por la huida del varón de sus obligaciones y
responsabilidades elementales.
Si la mujer
defenestrara ese natural valor, es posible el derrumbe catastrófico o el
deterioro sustancial de la estructura del edificio; no así del varón, cuya
ausencia rasguñará, con heridas infecciosas, a veces, a uno o varios de sus
miembros, cuya cura dependerá de ese valor femenino. Cualquiera fuera la
circunstancia, la falta de la mujer en el hogar tiene consecuencias más
nefastas que las del varón (con honrosas excepciones).
Mujer y desarrollo
Hace muchos años, el
profesor Egner, de la Universidad de Göttingen-Alemania, abordó una interesante investigación sobre la
economía del hogar en el Perú y señaló allí, como esta economía es, en
principio, el pilar fundamental del crecimiento y del desarrollo del país y
resalta la importancia del rol que juega la mujer en la administración del
mismo, de modo de hacer posible el necesario ahorro que ha de alimentar la
inversión necesaria para ello, como para los fines del fortalecimiento
educativo de sus miembros.
Advertía el profesor
Egner como el gran obstáculo, en ese entonces, era la ausencia de retos y de
una cultura de adecuadas relaciones domésticas para generar esa economía. Por
cierto que, una visión elemental de este asunto acusa como el dominio del varón
en el manejo de los recursos por él generados entorpece la posibilidad de la
generación del necesario ahorro; como también la tendencia al gasto que en cada
estamento social se da. Sin embargo es notorio, como la madre, es la más
preocupada por la educación de la prole y como vence estas dificultades
tratando de garantizarles a los hijos las mejores posibilidades, lejos de lamentos
de un feminismo exagerado y sembrando el ejemplo de consecuencia y valor ante
las adversidades.
Por otra parte cada
vez es mayor la participación de la profesional-madre en tareas de operación y
dirección empresarial y administrativa pública
y la presencia de mujeres en las universidades, con rendimientos mayores
que las de los varones. Aquí salta a la vista el valor mujer, pues aumentan las
dificultades en las relaciones domésticas.
Conclusión
Aunque de modo
precipitado, por razones de tiempo y evitar el aburrimiento, hemos de concluir
que el desarrollo del país depende de una equilibrada relación en el hogar, desde los prolegómenos para la constitución y
hasta el final de éste, en ambos extremos, está jugando un rol
preponderante el valor mujer y de la mujer realizada como madre.
Al fin, madre hay una sola. Feliz día a todas las madres del planeta.
12 de mayo de 2013.
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