Bienvenido a "Mi Celda"



El presente Blog incluye escritos jurídicos, educacionales y comunicológicos de mi producción intelectual, como tmb escritos de otros autores.






domingo, 15 de junio de 2014

¡POBRE ABUELO!



A todos los cibernautas con hijos y nietos, en el día del PADRE un saludo especial. Seguramente gozando aún de fuerzas y de la compañía de ellos, razón de la vida. Les deseo la misma felicidad que Dios me ha obsequiado. Es ésta una vieja composición, pero vigente para muchos, a veces con alzheimer o, simplemente por las circunstancias, lejos, ausentes de la familia o que se quedaron sólos.
GUILLERMO   


AL  ABUELO

A ese padre, padre de los padres,
Quiero recordar en este día,
De fugaz alegría
Y   de recuerdos.
Quien sabe, lejos,
A lo mejor, cerca, en el asilo
O en un rincón de  la casa
Meciéndose  en su hamaca,
Tejida de recuerdos congelados,
Forrada con sus penas
Y  apenas sostenida 
Con los últimos clavos
De su  agónica esperanza.

¡Pobre  abuelo!
Que tiene tenues,
Prendidos los candiles
De aquellos ojos
Testigos de los tiempos,
Ahora, cavernas
De penumbra  llenas
Que esconden, celosos,
De antaño su alegría.

¡Pobre abuelo!
Que ayer gozara
la sonrisa  de sus niños,
Meciendo la cuna
Y batiendo las sonajas
Del despertar alegre,
Heraldos de ilusiones   

¡Pobre abuelo!
Ayer, consolaba
El llanto de sus niños
Y, ahora, llora
Como niño de su tiempo
En solitaria cuna,
Esperando algún consuelo
  
¡Pobre abuelo!
Tembloroso, a veces en olvido,
Recuerda aquellas Pascuas Navideñas
Y las bengalas de los años nuevos.
Recuerda perfumados carnavales,
Llenos de amores fugaces
Y deslumbrantes reinas.
Y, ahora, sólo pasan en su débil mente
Desteñidas colombinas
Y payasos de miradas tristes

¡Pobre abuelo!
No te aflijas, si los hijos
Por la fuerza del destino
Te dejaron,
Siempre habrá un  buen samaritano
O un nieto, hijo
De un hijo que olvidaste,
Ansioso de encontrar tu amor
Y de entregarte el suyo. 

¡Pobre abuelo! 

¡POBRE ABUELO!

sábado, 14 de junio de 2014

ÉTICA Y CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN



DEFINICIÓN DE ÉTICA EN EL CONTEXTO DE LA PROFESIÓN DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN.

1. La Profesión del Comunicador Social:

La Profesión en las Ciencias de la Comunicación tiene un complejo radio de acción que involucra un abanico de actividades que responden a las necesidades actuales en éste ámbito. Generalmente se tiene como ámbito de esta profesión el ejercicio periodístico sea del mensaje escrito o de medios radiales o televisivos, pero en su evolución se ha ido incluyendo actividades como Publicidad, Producción de medios audios visuales, Marketing Social, Desarrollo Organizacional, Fotografía  y Relaciones Públicas para referirnos a las más precisas. El meollo de estas actividades o misiones es el  de comunicar con diversos fines, no sólo informativos, también motivadores y formativos.



2. El problema de la definición  de Ética:



Giusti hace un esfuerzo para centrarse en la comprensión de este concepto y establece cómo debe entenderse de modo general la Ética y, analizando la etimología del término, advierte como también el mismo concepto se le denomina como Moral (Vid.Giusti, Miguel. El soñado bien, el mal del presente. Rumores de la Ética. Lima: Fondo Editorial de la PUCP.)  Interesante en este autor es el enfoque de la ambivalencia en el uso del  concepto, pues entre lo que se dice del ser Ética y el quehacer individua, es decir puede hablarse en el discurso con ampulosidad y sentenciando, pero vivirse de otro modo, de acuerdo a las conveniencias o a los escenarios, aspectos éstos de los cuales se ocupan la generalidad de autores.



Como reconocen los autores, la ética puede tomarse desde una perspectiva teórica, declarativa o desde una perspectiva puntual, personal que define una personalidad o un perfil de la persona. Así se utiliza en la vida corriente, expresiones como  “es una persona con ética”



De todos modos en la definición de la ética tendrá que tomarse los principios y no sólo lo empírico y ello sea como definición o como práctica  que concluye en el “Arte de vivir bien”, no en el sentido de bienestar físico, sino del comportamiento en la convivencia social. Hortal, tratando de presentar una posición de la ética en relación a las profesiones, hace precisiones muy claras al respecto y escribe:



“¿Por qué planteamos la ética general de las profesiones en términos de principios? Contamos, por de pronto, con el precedente, lleno de éxito, de la bioética que ha sido construida  en torno a los cuatro principios que también nosotros vamos a considerar: el principio de beneficencia, el principio de autonomía, el principio de justicia y el principio de no maleficencia.”

            Hortal, Augusto(2004). Ética general de las profesiones. Segunda edición. Bilbao. Centros
            Universitarios de la compañía de Jesus p.91.

En la ética práctica todos estamos comprometidos, de una u otra manera, pues es el parámetro de la convivencia social y es el reclamo que se escucha en todos los ambientes.



El ejercicio de una profesión no es necesariamente pacífico y se desarrolla en un escenario de conflicto de intereses y de visiones de la vida de quienes ejercen una profesión, de pendiendo de la misión de la correspondiente profesión, pero tratándose de actividades interrelacionadas, lo que siempre será, se ejerza de modo independiente o dependiente, importa la necesidad de asumir compromisos que han de cumplirse bajo ciertas reglas no sólo jurídicas; sino morales o éticas.



El asunto es que la ética puede tomarse como una simple consecuencia personal con lo que se hace, de modo que el Código de Ética se acomoda al interés de los objetivos que un colectivo tuviera. Así, por ejemplo, los delincuentes organizados hablan de su código de ética, refiriéndose a las reglas que obligatoriamente tienen que cumplir los miembros de la banda. En este caso, se trata es garantizar la lealtad a los objetivos de ese colectivo, sin considerar si lo que hacen es bueno o malo, sólo es conveniente para los fines que el colectivo se propone; pero, la base de ese compromiso sale de la moral, pues la finalidad es el beneficio personal a costa del mal ajeno y rompe las reglas de la convivencia, fin esencial de la ética o moral.



Hortal hace una distinción sencilla de norma y principio y advierte que este es general y permite la adecuación de la acción a la circunstancia, claro, sin perder el sustrato de la ética. La norma es una regla más o menos concreta que precisa la circunstancia y la actitud. (Vid Hortal, ibid, p. 93) .

3. Definición de Ética Profesional en relación a la profesión en Ciencias de la Comunicación:



Como hemos anotado líneas arriba la profesión del comunicador ha exorbitado el ámbito periodístico de modo que en la actualidad, desde la perspectiva normativa,  está sometido a diversos campos legales con sus peculiaridades que le son propias y a diversos sectores de presión.



Partiendo del concepto general de ética y dejando de lado la discusión entre si hemos de referirnos a moral-moralidad y ética-eticidad en relación a lo perteneciente a la reflexión conceptual y a la concreción de los comportamientos, hemos de tomar una posición en el sentido de concretar una definición que oriente el comportamiento profesional, susceptible de  presiones muy fuertes en una de las ramas del ejercicio comunicativo y en otros por los deseos de los compradores de productos comunicológicos, como en el caso del diseño gráfico para publicidad o en la producción de medios audio visuales para publicidad, a lo que hay que agregar las responsabilidades por las contravenciones a la moral  o la legislación y a la verdad sobre los hechos que se comunican.   



La Ética relativa a la profesión de Ciencias de la Comunicación  es el conjunto de principios que orientan la actividad profesional de la comunicación social dirigida a la información, orientación y motivación de los públicos sobre hechos o sucesos o perfiles de personas y colectivos que contribuyen al crecimiento y desarrollo de individuos y sus colectivos.



a)   Principios, pues como hemos visto en Hortal  es la alternativa para el planteamiento de la ética profesional, por lo que se entiende que no sólo es la declaración de los mismos; sino se aplicabilidad, porque partimos de ellos o llegamos a ellos (vid ibid, idem, pp 5-11)

b)   Información, por cuanto la información fluye no sólo de la actividad periodística, sino de todos sus elementos como en el caso de la publicidad, marketing social y de las Relaciones Públicas, vinculadas fuertemente con el diseño gráfico y con la fotografía..



c)    Orientación y motivación: Pudieran expresar al mismo tiempo que la verdad, inducir a que los públicos inclinados positivamente a los diversos productos del Consultor  pues si a la autoridad de la Facultad o Escuela no se da cuente permanentemente de las actividades, éstas pueden perder su efecto orientador y motivador. 

         



CONCLUSIÓN:


La Ética y la Moral son expresiones que conducen al hombre hacía el bien como una concepción  del mundo y de la vida y motivan y promuevan  la aceptación por los colectivos del carácter de las personas, en tanto no agravie ni intereses ni bienes ajenos.E

lunes, 2 de junio de 2014

RELACIONES PÚBLICA: REFLEXIONES



RELACIONES PÚBLICAS: REFLEXIONES

La problemática.
Como toda actividad profesional, las Relaciones públicas se enfrentan con la necesidad de la definición del  perfil de su quehacer,  de su reconocimiento y protección legal para llegar a la convicción del usuario de los beneficios que se pueden obtener para él y el medio en el  que se desenvuelve.
Expondremos estas reflexiones en tres ejes: En primer lugar el eje de la identidad, un segundo eje el de su reconocimiento y protección legal y un tercero, el de los beneficios para el usuario y la sociedad.

 I. La Identidad de las Relaciones Públicas.  
No se trata de hacer una definición de las Relaciones públicas, pues para ello bastará recurrir a la abundante literatura especializada y encontrar las más diversas; pues, cada autor pretende la originalidad de este presupuesto y ello puede justificarse por el tipo de investigación o el propósito que con su trabajo se pretenda. Por otra parte, es una inquietud que estuvo y está como labor permanente de la persona en sí y de los quehaceres institucionales, empresariales y de responsabilidad profesional. Por ello, enfocaremos este asunto por la precisión de la misión de las Relaciones públicas, su ejercicio profesional de servicio y profesional académico.
Quiero sí afirmar que las relaciones públicas como ciencia y como tecnología no basan su misión en hacer simpáticos a personas e instituciones o empresas; pues su misión apunta más allá del simple parecer.

1.   La Misión.
Lo principal es precisar cómo reconocemos esa actividad que denominamos Relaciones públicas, por lo que es y debe hacer, específicamente, en relación con otras en su género,  con las cuales  debe compartir en un mutuo apoyo desde la perspectiva sistémica, para comprender la unidad de los fines, como con el periodismo, publicidad y marketing social. Nada se consigue tratando de ser superior a éstas u otras actividades con las que se comparte el conocimiento y las técnicas, porque unas y otras intercambian información, salvando las individualidades de cada cual y lo importante es fijar las correspondientes misiones. Esto, que es fácil de escribirlo y recitarlo, no lo es en la práctica.
Con respecto a precisar su misión, podemos partir diciendo que las Relaciones públicas tienen como misión fundamental constituir las necesarias bases de información de la que debe disponer la empresa, institución o individuo para orientar las políticas y estrategias sociales externas e internas, de acuerdo a los fines de la unidad a la cual sirve. Me refiero, no a las informaciones especializadas que le corresponderán a las diversas profesiones, según los fines de cada individuo, colectivo o personal; sino de lo que importa a las relaciones que se generan con los públicos externo (general y objetivo), interno (directivos, funcionarios,  colaboradores) y mixto (accionistas, proveedores, distribuidores), con la finalidad de generar y mantener en grados de eficiencia y de eficacia lazos de solidaridad y mutua comprensión en relación a intereses comunes; trazadas que hubieran sido las políticas empresariales o institucionales o las individuales, según fuera el usuario.

2.   Las Relaciones públicas como Profesión.
Dependiendo de la organización educativa en cada país, las Relaciones Públicas pueden o no ser reconocidas como profesión de alto nivel y no requerirse para su culminación el grado de bachiller como grado o subgrado académico, por lo que significa mantenerlo a nivel no universitario. Es más, es posible también que de acuerdo a la concepción de profesión ésta sea meramente una actividad posible de ser desempeñada por cualquiera fuera la profesión o las necesidades del usuario. Así, pueda corresponderle al periodista o sociólogo o antropólogo o psicólogo o a otras profesiones del sector de ciencias humanas o de acuerdo a la Institución o Empresa ser encargada a un profesional del giro; así, en un hospital encargársela a un médico o enfermera o profesional de la educación. Para beneficio de la sociedad, esta perspectiva va siendo superada y las Relaciones públicas, reconocida ya como ciencia y tecnología se les conceda legalmente su propia identidad. Es el caso del Perú, en donde las Relaciones Públicas está reconocida propiamente, como veremos más adelante.

2.1. Las Relaciones Públicas como profesión de servicio
El profesional en relaciones públicas es un gestor de las comunicaciones con el propósito de aportar conocimientos mutuos entre el usuario de su servicio y los públicos que tendrán como resultado el afecto y la comprensión mutua. En tal sentido, debe estar dotado de una sólida base de conocimientos humanísticos, de las tecnologías instrumentales y  de habilidades específicas para adelantarse a los sucesos que importan a los objetivos de la actividad del usuario de los servicios de relaciones públicas. Como su nombre lo indica, se trata del ejercicio concreto a los fines prácticos de personas, instituciones y empresas y esto puede suceder a nivel puramente técnico operativo; acreditable con un título expedido por un Instituto Superior no universitario  o
superior con habilidades para investigar y asesorar en la materia; acreditable con la Licenciatura, concedido por una Universidad, pero no necesariamente dirigido a la creación de conocimiento.    

2.2. Las Relaciones públicas como Profesión académica.
Las  Relaciones públicas, por la naturaleza de  su quehacer o misión fundamental, constituyen un sector de estudio  e investigación. De estudio, porque como actividad requerida para conseguir los resultados de su misión, desde su identificación teórica y de las metodologías de realización, es menester desarrollar un proceso de aprendizaje teórico fundamentalmente que puede estar referido al ejercicio profesional de la investigación científica,  de aporte al conocimiento, porque identificadas  las relaciones públicas como  hecho y fenómeno dirigidos a la comprensión de seres pensantes, este conocimiento tiene que verificarse, analizarse, validarse, recrearse y hasta generarse ex novo,  en sí y en sus relaciones con las ciencias y técnicas que le sirven para satisfacción de sus fines y  del desarrollo social y político. Se ejerce fundamentalmente en la enseñanza de nivel universitario y en los gabinetes de asesoramiento en lo más alto. Su acreditación requiere de los grados académicos de maestro y de doctor, como postdoctorado.

3. Las Relaciones Públicas como ciencia.  
Para nuestros efectos, consideramos las Relaciones Públicas como una disciplina encrucijada; es decir, una ciencia aplicada, sobre la base de ciencias humanas básicas que concurren a su formación. Así, tiene como núcleo de conocimiento a las relaciones interindividuales debidamente organizadas con propósitos comunes específicos involucrados a fines  sociales, económicos o políticos al servicio de personas naturales y colectivas.        

II  El reconocimiento y la protección legal.

1.   Reconocimiento en el medio social, económico y político

En el marco de nuestra realidad, podemos empezar preguntándonos, ¿existe en nuestro medio el reconocimiento expreso de la necesidad de una profesión  de las Relaciones Públicas en el sentido que lo hemos expresado?

Al parecer, la actividad que corresponde a las relaciones públicas se siente, más desde las perspectivas puntuales como las de promover la imagen de los principales personajes o de la empresa o institución o como un modo de enfrentar las dificultades cubriendo el rostro de los responsables de la empresa y exponiendo el suyo. Esta visión ya se ha negado desde en diversos foros por trabajos y  eventos realizados organizacionalmente por las instituciones especializadas buscando el posicionamiento auténtico de la misión de las relaciones públicas y de las que las ejerce profesionalmente.

La profesión de las relaciones públicas, en el conjunto de las Ciencias de la Comunicación, carga con la desventaja de su confusión y hasta limitación con la pluralidad de conocimientos y de técnicas que son instrumentos valiosos para la realización de sus fines  y se le recluye como si el producto de su trabajo se expresara en las necesarias atenciones de protocolo o sonrisas que convencen a directivos, empleados y clientes o usuarios, de modo que cualquier persona, por sus apariencias o importancia y posicionamiento en el medio,  sería competente para llevarlas adelante; considerando que todos sus quehaceres se resumen en la “simpatía” que “el relacionista”, pudiera reflejar. Sin negar que algo de eso exista como en cualquier expresión humana y como lo hemos ya expresado,  la misión de las  relaciones públicas, como quehacer profesional, están mucho más allá y por ello es menester afirmar su identidad y posicionarla, de modo específico, en el conjunto de las ciencias sociales y de sus herramientas o técnicas necesarias para su desarrollo. Esto, va resultando ya una agonía en su realización y alcances, dependiendo del sector usuario.

El asunto es que los directivos y ejecutivos tomen conciencia de la necesidad de esta misión, como productora de los necesarios insumos para la formulación de políticas comunicológicas y su contribución con las políticas generales de la empresa, de modo que se le considere como parte de los cuadros estratégicos,  se le dote racionalmente de los recursos necesarios, de acuerdo a la planificación y se evalúen los resultados.   

2.  Reconocimiento legal y legitimidad.   
Formalmente, esto es un asunto zanjado en el Perú y otros países; pues la profesión de servicio  de relacionista público tiene su representación en el Colegio de Relacionistas Públicos del Perú, creado por la Ley 25250 de junio de 1990 como entidad de Derecho público y su modificatoria 28249 pero el asunto está más allá, es decir, que el cuerpo de relacionistas a nivel nacional perciba esta ley, como el instrumento de orientación del ejercicio de esta delicada misión y participe en todos sus aspectos de la misma, porque una ley debe ser querida y cumplida y ello depende de su desarrollo; pues pudiera resultar que el acceso a la membresía y la dinámica de su funcionamiento sean elementos disuasivos, de modo que, no obstante la existencia de la norma, no exista el ánimo de ponerle fuerza y llevarla adelante; pues no todo lo legal es un asunto de declaración, sino, de vivencia y esto es lo más importante.

Tal como se encuentra diseñada en la ley, la obligatoriedad de control del ejercicio en Relaciones públicas por profesionales con título expedido por una universidad, esto queda, prácticamente, para ser exigida más en la Administración pública que en la Administración privada.

III. Los beneficios para los usuarios y para la sociedad.
La sociedad, cualquiera fuera su expresión, económica, política  o de solidaridad es un todo compuesto por individualidades en una red de intereses que deben ser conciliados micro y macro institucionalmente.

1. Empresarialmente. Las empresas, entendidas como formas de buscar beneficios económicos requieren el conocimiento de las diversas expresiones del mercado como espacio de cobertura de necesidades que deben satisfacerse con productos y servicios y este es un mundo complejo (público externo) y del sentir y apreciaciones de sus accionistas, directivos y colaboradores (público interno); pues todos ellos están comprometidos con los procesos para cumplir con los objetivos; pero, cada grupo e individuo  espera sus compensaciones, las que no siempre se estiman por éstos, objetivamente y más bien se aprecian subjetivamente y  ello se refleja en satisfacciones e insatisfacciones que se traducen en rumores y conflictos. Aquí encontramos conflictos asociativos que repercuten en las deliberaciones y decisiones de directorios o juntas generales o conflictos gremiales o hasta de clientelas. El trabajo de las relaciones públicas, en estos casos, puede evitar o paliar los efectos negativos y generar  ambientes que faciliten las negociaciones para equilibrar la avalancha de intereses y se obtenga una corriente de mutua comprensión. En todo caso, el efecto de una planificada y constante acción del relacionista público se traduce en un ahorro de costos económicos y de mejoramiento de  la eficiencia, apuntando a la eficacia.  

2. Políticamente. En lo político la situación es mucho más difusa, dependiendo de los niveles y jurisdicciones, pues los instrumentos propios del trabajo del relacionista entran en una fuerte contradicción, de modo que todo esto es posible de ser previsto por un buen trabajo del relacionista, sobre los puntos neurálgicos que hubiera detectado inteligencia  o se hubieran propuesto como hipótesis de las ocurrencias. La ventaja en este ámbito es el nivel positivo que permita la gobernabilidad y  alcance la paz social.
3. Solidariamente. En las organizaciones solidarias, como las sociales, deportivas y religiosas, las relaciones públicas pueden aportar una mayor comprensión en los fines propios de cada organización y traducirse en mayor confianza para involucrarse en ellas y mejores disposiciones de la comunidad para alcanzar aportes económicos o apoyos físicos, como es, por ejemplo, el voluntariado que fortalezca la realización de sus fines.

CONCLUSIÓN:

Finalmente, para concluir con estas reflexiones muy puntuales, sólo me queda desear éxito en la gestión de las organizaciones dedicadas a cimentar el ejercicio profesional del relacionista en las labores emprendidas para potenciar el conocimiento y las destrezas de sus asociados y puedan con confianza enfrentar los retos cada vez más exigentes en todas las profesiones comunicológicas y de modo especial en la profesión del relacionista, pues las tecnologías de las comunicaciones y del conocimiento agudizan la competencia y  el procesamiento de las informaciones para ser utilizadas por la empresa y en los diversos procesos de vinculación institucionalizada.

Espero que estas reflexiones puedan servirles en algo a quienes hubieran emprendido los estudios en Ciencias de la Comunicación o específicamente en Relaciones Públicas.