Estimado cibernauta: Lo que leerás en las siguientes líneas es la muestra de como las derechas utilizan a las fuerzas populares para, en nombre de la democracia, mantener y reafirmar el estado de cosas siempre a su favor.Cornejo Chávez prefirió el ostracismo pues su enfrentamiento con la prensa conservadora y el silencio de la que se llama de izquierda fue decepcionante. El partido aprista que emergió como una fuerza de izquierda radical, se sesgó hacia el centro izquierda y, hasta allí, aceptable, pero, luego, sus dirigentes (siempre los mismos) hicieron fortuna y, reconociendo la fuerza de la derecha, se pegaron o tomaron un radical posicionamiento en la derecha y de la primigenia doctrina sólo quedan las maquinitas y el ensalzamiento permanente de quien fuera su fundador. Desgraciadamente, la juventud democristiana, de entonces, no pudo convencerlo de continuar en la lucha; pues, en efecto, al parecer, al Dr. Cornejo, le parecieron esfuerzos vanos, en un país donde el cristianismo sólo son emblemas y liturgias y la prensa empresa será siempre manejada por el poder económico y los periodistas serán forzados a seguir la línea del patrono, salvo los franco tiradores, los que serán respetados hasta donde les dé la conveniencia o apariencias.
Guillermo G. Guerra C.
Extraido del Diario La República-Perú.
Héctor Cornejo Chávez
Había nacido en Arequipa y estudiado derecho en la Universidad San
Agustín, cuando en 1945 fue electo presidente José Luis Bustamante, que
lo convocó como secretario general de Palacio de Gobierno. Fue su debut
en la política y definió su postura como católico reformista,
comprometido con los más pobres de este país.
En 1955, luego del levantamiento de Arequipa contra la dictadura de
Odría, Cornejo fundó la Democracia Cristiana, donde ejerció el liderazgo
durante las décadas siguientes. Junto a Luis Bedoya, Javier de
Belaunde, Roberto Ramírez del Villar y Ernesto Alayza fue fundador del
socialcristianismo. Eran los años de la guerra fría y el grupo político
naciente quería ofrecer una alternativa frente al comunismo; asimismo,
buscaba remplazar a la vieja oligarquía; como consecuencia, adoptó la
doctrina social de la Iglesia para posicionarse en la centro izquierda.
Cornejo fue diputado entre 1956 y 1962, habiendo combatido
intensamente contra la convivencia del pradismo con el Apra, empleando
una gran dosis de la inteligencia cáustica que le fue característica. Su
rigor intelectual acompañado de furibunda mordacidad lo hizo una figura
respetada, pero poco carismática. Su planteamiento anticapitalista y
anti-comunista contribuyó a su imagen de antipático.
En las elecciones de 1956, la DC no presentó candidato presidencial,
sino listas parlamentarias, que tuvieron buena acogida en algunas
circunscripciones, sobre todo en Arequipa. Gracias a ello, la DC contó
con una bancada selecta, pero reducida, que se ganó el apelativo de
“cuatro gatos”. Asimismo, las elecciones del 56 trajeron el liderazgo
carismático de Fernando Belaunde, que ocupó el espacio deseado por el
socialcristianismo. FBT desplazó a la DC.
Para las elecciones de 1962, Cornejo fue candidato presidencial y
obtuvo algo menos del 3%, evidenciando su reducida estatura
presidenciable. Esas elecciones fueron anuladas vía un golpe militar que
convocó a un nuevo proceso al año siguiente. En esa oportunidad, la DC
formó una alianza con Acción Popular y llegó al poder como socio menor
de FBT.
La relación con el gobierno acciopopulista fue difícil. Cornejo era
senador y encabezaba el ala izquierda, frente a un gobierno que
retrocedía ante el empuje de la superconvivencia, formada en el Congreso
por el Apra y Odría. La alianza gubernamental empezó a dividirse en
1966, cuando la DC se fracturó; saliendo de ella los principales líderes
encabezados por Bedoya Reyes, para formar el PPC y ubicarse en la
centro derecha. Cornejo se quedó con un reducido número de dirigentes y
conservó el apoyo de la juventud socialcristiana, radicalizada hacia la
izquierda.
Al ser derrocado FBT por el general Juan Velasco, Cornejo vio con
simpatía al gobierno militar. Al fin y al cabo, estaba haciendo lo que
siempre había buscado, una reforma de las estructuras sociales en un
sentido no comunista. Cruzó el Rubicón desdeñando el tema democrático,
más le importó la voluntad de transformación de Velasco que el régimen
de dictadura. La democracia social fue su credo.
Cornejo fue parte del pequeño grupo de asesores del gobierno militar
que impulsó las reformas. En esa calidad participó de la expropiación de
la prensa e incluso fue director de El Comercio, cuando fue estatizado
en 1974. Probablemente fue su actuación pública más controvertida y
causa de su posterior ostracismo político.
Fue constituyente en 1978 donde mostró que conservaba sus dotes
oratorias en forma. Era un expositor consistente, armado de una lógica
exquisita; además, enfrentaba a sus oponentes, defendiendo su postura
con brillo. Era su última actuación política, luego se retiró a sus
cuarteles de invierno, de los cuales no salió hasta su muerte, acaecida
la semana pasada.
A lo largo de su vida fue un reputado profesor de derecho,
especializado en el tema de familia. Catedrático de la PUCP por varias
décadas, su contribución en este terreno fue notable y sus alumnos lo
recuerdan como fue: justiciero e implacable.
NOTA: Ver en este espacio El Silencio de la muerte y el poema Docencia.
NOTA: Ver en este espacio El Silencio de la muerte y el poema Docencia.
Artículo escrito por Antonio Zapata Velasco y publicado el 18 de Julio de 2012. Profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y en la Universidad Nacional de San Marcos. Asociado al Instituto de Estudios Peruanos.
ResponderEliminarSocialista convicto y confeso