Son éstas reflexiones motivadas por la inquietud del paso de los años y la llegada a un momento, en el que quisiéramos que el tiempo se detenga; pues se será viejo, anciano, adulto mayor, tío y cuantas mosergas se pueden ocurrir para quienes comienzan la vida y se será joven para los que ya discurrieron por el tiempo y padecen los achaques de los que viven en el ocaso de su vida. En fin, lo importante será, llevar con alegría la existencia y compartirla con los seres queridos, lejos de lamentos, envidias, odios y rencores. Libres y en Paz
¡SORPRESA!
Al mirarme un niño, al medio día,
Echóse a reír a carcajadas.
Estás viejo, se te arruga el ceño,
Me dijo, al mismo tiempo que corría.
Acercóse un anciano, por la tarde,
Con
el rostro abatido de tristeza y,
al
mirarme de los pies a la cabeza,
Demasiado joven,
Musitó con desconsuelo,
Siguiendo su camino
A mi despecho.
Conversando con mi amada,
Por la noche,
Le
expuse la extraña paradoja
Y, ella, acariciando mis cabellos:
Mi viejo, dijo con dulzura,
Mi mozo,
Al apagar la lamparilla.
Porque en esto de la vida
ResponderEliminarcomprendí que nuestra edad
es las ganas que ponemos,
en el rumbo, al caminar.