¿POR QUÉ EXPRESAR UN TESTIMONIO?
El
testimonio que ahora presentamos es resultado de experiencias en la Universidad
Privada Antenor Orrego, creada por la ley 24870 del 26 de julio de 1988, al impulso
de una asociación civil promotora, conforme lo prescribe la Ley Universitaria
23733, en el marco de la cual sólo es
posible la promoción de universidades privadas (no particulares) sin fines de lucro.
Las
instituciones, como los individuos humanos, alcanzan conciencia de sí mismos, cuando mantienen la memoria de su
principio y evolución. Ello explica cómo los países del primer mundo tienen
gran predilección y desarrollan enorme
esfuerzo por mantener una estricta organización de su documentación por
sistemas de colección y archivo, para cuyos efectos la formación y capacitación
humana, como las tecnologías y espacios
tienen especial atención. Es que sin ello, se quedarían sin historia, vale
decir, sin memoria y sin conocimiento de donde vienen y hacia dónde van.
La
concepción de la gestión se refiere, a grandes rasgos, en las memorias de
gestión que se incluyen en este texto, dejando los datos pormenorizados a las
estadísticas que se guardan institucionalmente. Lo importante es que (del 2000
al 2010), durante esos 10 años la upao vino liderando, como creo lo seguirá haciendo, en el campo de la
formación de los potenciales humanos, de
las tics, con su moderna y adecuada infraestructura y equipamiento de
excelencia para el aprendizaje y la investigación, al punto de ser considerada
por la colectividad de la macro región como una universidad de excelente
prestigio.
Esta
publicación es pues un esfuerzo por contribuir a la historia de la Universidad Privada Antenor
Orrego, institución educativa superior que poco a poco se ha ido colocando en el alma misma de
la Región La Libertad y trascendido a niveles nacional e internacional.
La
Universidad Privada Antenor Orrego, cuya marca de servicio es upao, constituye
y es muestra de lo que puede hacer el
esfuerzo solidario, pero con
disciplina, honestidad y conciencia de la misión, apuntando a una visión,
alentada por el afán de servir cada vez mejor a los fines de su naturaleza,
la cual reposa en las necesidades del
desarrollo educativo, llave del progreso y del desarrollo.
Un
proceso descriptivo en su tiempo y espacio
No
es intención en esta colección de ideas plantear teorías, metodologías o
técnicas de gestión; pues sólo pretenden describir resultados reales de unos
procesos de administración y gestión institucional en un corte temporal de 10
años. Sí es posible desprender de ellas inquietudes para orientar el proceso
educativo, los comportamientos humanos, y las necesidades de infraestructura y
tecnología. Comportamientos humanos que tiene que ver con la necesidad de
proveer el personal idóneo, competente y pertinente para las funciones
científicas, tecnológicas y pedagógicas, es decir con la administración de los
potenciales humanos; los procesos logísticos para alcanzar los recursos
materiales que para ello se requieren y los espacios adecuados que cautelen la
salud de docentes y discentes y faciliten las acciones educativas, realizadas
con las diversas metodologías del proceso educativo. Tampoco son para ignorar
las tecnologías informáticas que elevan
la productividad y auxilian para la racionalización de los recursos para
conseguir mejores resultados.
La
universidad no se explica por sí misma, sino en un espacio inmediato, al cual puede
trascender o aislarse de él. Precisamente lo primero es importante y califica
la vocación y el hacer de la universidad; pues no bastará ser eficiente y
eficaz; sino efectivo, es decir, relacionarse con su entorno inmediato y
trascender a la universalización, en un contexto de globalización, yo diría, a
la universalización, lo cual siempre fue para
las universidades que se considerasen como tales: Universitas. Es esto
lo que queremos mostrar en la expresión de esta gestión.
El Real y verdadero espíritu universitario
La Upao se desenvolvió y se desarrolló, entonces, con el real y verdadero espíritu
universitario, una casa de educación universitaria con sentido universal, por
encima de credos políticos y religiosos, en donde caben y se discuten las
corrientes sociales, políticas y
económicas, sin faltar las reflexiones sobre
la fe religiosa, como expresión de
la trascendencia del ser humano. No
son ni fueron afirmaciones para la tribuna; sino, hechos Ese fue el mensaje que
se contiene en la obra de su mentor, Don Antenor Orrego Espinoza. Ese fue el
concepto que presidiera las ceremonias
de aniversario institucional, participando en su tribuna políticos destacados
de las diversas tiendas, intelectuales de distinto pensamiento; empresarios de
las diversas áreas de la producción, del
comercio y de las finanzas y representantes de las organizaciones sociales.
Jamás
se puso condiciones a la docencia, la cual fue libre de orientar el aprendizaje con
seguridad y responsabilidad, como igualmente los estudiantes, integrando su
formación en el marco de la conjugación de corrientes de opinión, siempre con el
respeto y las consideraciones mutuas,
fuera de violencias y de procacidades. Es que una vida universitaria no debe ni
puede jamás desenvolverse en sombras de temor y menos de subordinaciones,
fidelidades a personas o grupos o facciones y de amenazas humillantes, por el
hecho de tener que conservar el puesto docente
o administrativo.
Los
estudiantes, en la Upao cultivaban su talento y su independencia de criterio,
como de análisis de la realidad de modo objetivo y claro para asumir su papel
de liderazgo que les corresponde en la
dinámica social, siempre con nobleza y altura espiritual, lejos de
fundamentalismos. En efecto, en el
periodo de gestión, los estudiantes mantuvieron y desarrollaron sus
propios paradigmas, expusieron sus anhelos y, para la integración de los órganos
de gobierno, compitieron democráticamente, en un sistema de representación de
mayoría y minoría, como establece el
Estatuto de la Institución y como corresponde al principio sustancial de una
democracia que se respete. El estudiante, como miembro de la comunidad
universitaria, ha de tomar conciencia del rol que le corresponde, como el sujeto activo central del aprendizaje, de
la investigación, de la extensión universitaria y de la proyección social.
Eficiencia,
eficacia y efectividad
La Upao es consciente de la necesidad de afirmar la eficiencia y la eficacia, no
como discurso; sino, como práctica institucional, procurando el perfeccionamiento
de su docencia y de su administración, no sólo en el decir; sino, en la
práctica, en homenaje a la normatividad y a los principios de las sanas
prácticas. La comunidad orreguiana está convencida que la acreditación de sus
carreras, como la certificación de sus procesos no pueden ser una adhesión de
cara a la moda; sino, realidad y verdad
de conciencia, como expresión de responsabilidad ante la nación.
Por
el concepto de efectividad las celebraciones del aniversario de creación de la
Upao fueron siempre un espacio de encuentro con la empresa, la sociedad
política y las organizaciones representativas de la sociedad civil,
particularmente, con la comunidad educativa. La presencia de representantes que
no sólo fueron nacionales; sino, también académicos no nacionales.
Las
inauguraciones de los años académicos, particularmente, como las aperturas de
los semestres pares, fueron encuentros con egresados de éxito y con las
familias de los estudiantes, vía su presencia por las distinciones y premios
que se entregaban a los estudiantes destacados en los exámenes de admisión, como en las actividades académicas.
Del
mismo modo fueron los encuentros académicos a propósito de las actuaciones en
homenaje a Don Antenor Orrego Espinoza, mentor de la Universidad, pues, la
comunidad educativa de Trujillo participaba en las mismas, ya que en ellas
se entregaba los premios a los estudiantes
y al centro de estudios que participaban en los concursos sobre la vida y obra
de Antenor Orrego, por expresiones
gráficas, artísticas o literarias, vía el ensayo y el arte dramático.
La
celebración del Día del Maestro fue también ocasión de encuentro con destacadas
personalidades del mundo empresarial, político y social y ellos expresaban la
visión de lo que esperaban de la docencia universitaria y cuál era la óptica
que sus gremios tenían de la docencia orreguiana.
Esto explica la razón de la inclusión de nuestros mensajes en esas ocasiones.
En ninguna de esas ceremonias correspondió al Rector el discurso de orden, de
allí que los textos que incluimos no sean piezas académicas, propiamente; sino,
sólo palabras que buscaban proyectar las inquietudes de la Dirección
institucional, motivando la comprensión de la misión docente, del estudiante y
de los colaboradores administrativos, orientado siempre por el espíritu latente
en la acción institucional, recibido en la obra del mentor como
también el propósito que conllevaba la filosofía de gestión institucional, haciendo
una conjugación entre el pensamiento del mentor, la doctrina universitaria, la
responsabilidad con la comunidad universitaria y la comunidad social y
política, con la idea impresa de quienes asumieron la promoción de la creación
de la Upao y sobre el concepto de que el Rector es un motivador y un conductor,
primero entre iguales y nunca, un jerarca por sobre todos los demás académicos, como él.
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