AMANTES
Llegaste a mí como la brisa suave
Que
refresca la fiebre del verano,
Alivia la angustia del ahogo
Y permite
los suspiros de esperanza.
No sé si eres un sueño de ilusiones
O sólo, las
pompas de jabón
Que al leve
soplo disuelven sus colores,
No lo sé,
pero te amo.
Te amo con la ilusión de un niño
A su ángel
de la guarda,
Con la
pasión de un adulto,
Formando
nuevas vidas.
Apareciste
en mí, cual ninfa
Que emerge
misteriosa,
Distraída,
reclinada en la baranda
Que separa
el jardín de la vereda,
Tomada de
la mano de tu amado,
Tus ojos se
perdían
En la
expresión indiferente
De los ojos
de ese ser afortunado
Que en tu
corazón latía.
Te entregué
mi corazón
Sin que tú
lo percibieras,
Con el
cortés saludo
De un
amante amigo,
Mordiendo
el pecado
Del deseo de
mujer ajena.
Desde
entonces,
Como el ave
que se pierde
Al caer al
suelo,
Camino por
la misteriosa
Senda de
esperanzas.
Pero,
¿quién sabe las burlas del destino?
¿Quién sabe
las sorpresas
Que nos
reserva el tiempo?
Las horas
se escurrieron
Por las
vacías esferas de relojes viejos,
Las hojas de
almanaque volaron
Fugaces,
por los aires
Un día,
sucedió el milagro
Del
despertar alegre
De tener
tus ojos puestos en los míos
Y mi
corazón, latiendo junto al tuyo;
Ambos,
juntos, convocando al mundo
El llorar
alegre de otras vidas nuevas
Que serán
el renacer de nuestras viejas vidas.
Te amo, me
dices con cándida sonrisa.
Soy tuya,
repites con fervor sincero.
Te amo, te
digo con veraz firmeza.
Soy tuyo,
susurro a tus oídos
Y ambos nos
perdemos en un sueño,
Esperando
despertar, felices,
En el altar
maravilloso de los seres
Que se aman
en silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario