Parte del material de este artículo es como si hubiera mirado, entonces, la amenaza del mandatario de Corea del Norte, de desatar una guerra mundial con las armas de destrucción masiva de hoy, menospreciando la vida y el porvenir sobre la tierra. La sombra de odio que envuelve esta amenaza no puede convocar el apoyo ni siquiera de sus antiguos y actuales aliados. Es deseo de todos que esto sólo sea un asomo de las iras retenidas y allí se quede.
31 de marzo de 2013.
EL FIN DEL MUNDO
Nuevamente los “agoreros”,
utilizando los vehículos de la tecnología, dejan correr alarmas como la de que
el mundo se acabará en este mes de diciembre, buscando que las navidades
próximas sensibilicen a los pecadores para su arrepentimiento y así lograr el
florecimiento de los negocios de ciertas religiones y mercachifles que aprovechan la
ingenuidad popular para el bienestar de algunos.
El
discurrir de la codicia.
Lo cierto es que gran
parte del mundo conocido vive tiempos de incertidumbre en medio de odios y
rencores promovidos por quienes ganan con ello,
sustentados en fundamentalismos y
en la quiebra de valores que han llevado a los países ricos a crisis que no
esperaban, poniendo en alerta a los países emergentes y en la desesperación a
los países muy pobres.
En el Medio Oriente pareciera
que la vida no vale nada y a causa de pugnas religiosas o fronterizas o de
viejas rencillas se desangran y se
destruyen sin piedad alguna. Por otra parte, con el pretexto de conservar la
paz y de cubrir al mundo del abuso de armas prohibidas, se hace presente el Occidente
y tercia en los conflictos, con lamentables resultados para miles de sus
propias familias y de los países, supuestamente, protegidos. Ahora, peor para
los pueblos del Medio Oriente, porque ni
los Reyes Magos salieron de por allí; sino, del Occidente.
Europa Occidental, en
el esfuerzo por salir de la crisis, se obliga
a la imposición de políticas de austeridad que los pueblos rechazan y vuelven a
los nacionalismos que parecían superados y
tensiones entre nacionales y extranjeros, quienes tienen que sobrellevar el
miedo que de pronto aparezcan en la calle. Esto se refleja en el éxodo de los
que ayer viajaron a esos países en busca de un mejor porvenir y retornan a la
vieja tierra para empezar de nuevo. Para muchos de ellos y sus familias, esto
es el “fin del mundo”.
El alarmante
crecimiento de la inseguridad ciudadana, la aparición de los flagelos contra la
salud, el crecimiento del consumo de drogas y de la explotación humana,
sustituto de la antigua esclavitud; la desconfianza en las fuerzas del orden y
de la administración de justicia; así como en la legislación que supuestamente
protegería a la persona humana, echan sombras y generan pesimismo colectivo y
la disposición a creer en cualquier cosa.
Signos
de castigo
Las catástrofes
producidas por la naturaleza, atribuidas a su defenestración por los afanes de
riquezas de quienes la explotan, en complicidad con gentes ambiciosas que
aprovechan sus posiciones en el gobierno para coludirse con esos depredadores
de mar, cielo y tierra; es decir, de riquezas marítimas, mineras de diversa
naturaleza y de los espacios aéreos; todo ello se presenta como los signos
evidentes de la aproximación apocalíptica, como si ya no lo fuera, por la
profunda miseria que ocasionan y sus proyecciones futuras para los pueblos
subyugados que gozan de un bienestar prestado y temporal para minorías
beneficiadas con eso que llaman globalización.
Posibles
ardides
Quién sabe,
semejantes “profecías” no son sino afanes de los marqueteros para acelerar los
negocios de ropas, alimentos y mochilas salvadores, fortaleciendo lo que se
llama “elegantemente”, la fuerza del libre mercado que cubre ya hasta los
servicios públicos, como causa de la ineficiencia y de la corrupción
burocrática, como si ambas no estuvieran también en el corazón del sacrosanto libre
mercado, consecuencia de las crisis del capitalismo deshumanizado. También pudiera ser de grupos de medición de
las reacciones de masas, tomando en consideración la noticia contradictoria,
supuestamente de la NASA.
En fin, mantengamos
el optimismo, alimentemos la solidaridad y afirmemos los valores de nuestra fe,
dando testimonio de ello en estas próximas fechas de recordación de la creencia
cristiana, sin exclusión de nadie, unidos en la fraternidad de una sola humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario