Estimados cibernautas:
Más que un cuadro religioso, resulta una escena de coherencia y de lealtad. Sobre todo de fidelidad al servicio de una causa, como pudiera ser una causa política que acaban su vida para que, al final, otros vivan. Así fueron Pedro, el Papa y Pablo, el soldado convertido, quienes, al final, han quedado como paradigmas.
PEDRO Y PABLO
Estos santos, si bien participaron de las
enseñanzas del Maestro, sus antecedentes y apreciaciones tuvieron alguna
diferencia, siendo ambos judíos.
Pedro, el pescador
Pedro fue uno de los
12 apóstoles, señalado por Jesús para sustentar su iglesia, independientemente
de las interpretaciones que se hacen por algunos estudiosos. Pedro, un humilde
pescador sin mayor educación y jefe de una familia, lo cierto es que él fue el
primer Papa, a pesar de las discusiones al respecto, es decir, el sucesor
directo de Cristo Jesús.Pedro lideró los primeros tiempos de lucha por la expansión
de la misión que recibiera del Maestro, a quien negara tres veces, ante la
miserable amenaza que se cernía sobre los amigos de Jesús.
Pablo de Tarso
Pablo; sin embargo,
fue convocado por Jesús, después de la pasión y en medio de su furia,
persiguiendo a los seguidores de las enseñanzas de Cristo, considerándolos
destructores de los sagrados principios del judaísmo, independientemente de su condición
de fariseo. Pablo fue siempre una persona íntegra, creyente en un solo Dios y
lejos de la vida disoluta, según los estudiosos. No es que se convirtiera, como
resultado de las prédicas de los apóstoles o de los numerosos creyentes o
sensibilizado por la aceptación de los que sostenían esa fe a los martirios y prisiones que él
personalmente les infringiera; no, su adhesión, increíblemente firme, fue el
resultado de una revelación del mismo Jesús, mientras él marchaba a la búsqueda
de seguidores de Cristo para capturarlos y arrastrarlos a Jerusalén. Pablo, soldado
y ciudadano romano, alegó esta ciudadanía para no ser apaleado, lo cual
constituye la expresión de un principio para reclamar lo que es de derecho.
Así, llevó la doctrina de Cristo Jesús por lugares lejanos, gracias a sus
convicciones y a su gran apertura hacia los gentiles (extranjeros o no judíos),
alegando siempre la primacía de la fe en Cristo sobre la ley (judaica). Es más,
creo que Pablo reconoció la necesidad de
adaptación de las reglas a los principios y a las necesidades de
universalización, siempre en solidaridad y en los misterios del amor,
predicados por el Maestro.
Solidaridad
Traigo estos
recuerdos, porque hoy, más que
nunca, el representante de Cristo en la tierra requiere de la unión de quienes
realmente se sienten miembros de su iglesia, lejos de considerar la religión
como un negocio o como un biombo para ganar posiciones en una sociedad que se
pierde ya en los afanes del lucro y del uso del poder para enriquecerse y
cometer cualquier latrocinio a su favor, dejando al pueblo en el hambre y en
la desesperación. Por ello, roguemos a Cristo, Dios, hecho hombre, para que
asista y proteja al Papa Francisco, dispuesto a remozar el centro de gobierno y
administración de la Iglesia Católica, más allá de las reglas y litúrgias, sobreponiendo la fe que nos dejó el Redentor, Jesús Cristo, hijo de María y de
Dios Padre.
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